El impacto de una sola persona puede parecer insignificante porque subestimamos nuestra capacidad de influir positivamente en nuestro alrededor con nuestro ejemplo. Hoy os traemos consejos para un curso escolar mucho más sostenible, asequible y responsable. ¿Nos acompañas?
A la hora de la comprar hay que ser creativos
En primer lugar, piensa si realmente lo necesitas. Si es imprescindible, ¿qué tal seguir dando vida a algo que ya existe? Busca reutilizar materiales de amigos o familiares. También es una oportunidad perfecta para crear grupos de intercambio u organizar talleres de DYI con los más pequeños para personalizar los materiales y darles una segunda vida. Con eso ya aprendemos la primera lección del curso: ¡Reducir, reutilizar y reciclar!
Si necesita comprar algo nuevo, mejor si es sostenible y duradero. Busca las etiquetas de papel con certificación forestal PEFC o FSE en las libretas y agendas. Productos de materiales naturales como el bambú o la madera y las alternativas biodegradables u orgánicas, también pueden ser una buena opción.
En los trayectos, mejor acompañados
Los desplazamientos en coche para llevar a los niños al colegio son unas de las acciones más comunes para muchas familias. ¡Y también es de las más contaminantes!
Este curso os invitamos a dar un paseo matutino, utilizar el transporte público, el patinete o la bicicleta, alternativas más económicas y ecofriendly. Pero, si ninguna de estas opciones es viable, ¿qué tal optar por el car sharing? ¡Siempre es más divertido ir en grupo! Organizar una ruta con otras mamás y papás para compartir coche entre alumnos que viven en la misma zona reduciría los vehículos en circulación y, sin duda, la huella ecológica de las familias.
Comer saludable no deja huella, ni envoltorio
Por mucho que pasen los años y cambien las generaciones, la merienda del recreo permanece inmutable. Pero ¿has parado a pensar en lo importante que es el menú y los envoltorios que utilizamos?
Los tápers o los envoltorios de tela, ambos lavables y reutilizables, podrían convertirse en nuestro mejor aliado. Además de una merienda libre de plástico y aluminio, podemos elaborar nuestras meriendas llenas de fruta, verdura y productos orgánicos y de comercio local. Más sano para nosotros y para el medio ambiente ¡No olvidemos las botellas y termos reutilizables para un almuerzo 100% zero waste.
La educación es lo primero
La educación (sostenible) empieza en casa y sigue en el colegio. Es importante educarles para que ellos mismos tomen decisiones más respetuosas con el planeta. Animarlos a cerrar el grifo, recordarles rellenar su botella de agua o enseñarles a no desperdiciar recursos puede tener un impacto más grande de lo que piensas. ¡Y lo repetirán en el cole! Estos pequeños gestos pueden influir en sus círculos de amistades, y hasta en su aula.
La mayoría de los centros ha llevado a cabo ya una reconversión energética en sus instalaciones, cambiando, por ejemplo, las bombillas por unas de bajo consumo. Pero hay otra parte de consumo responsable que parte de la concienciación de alumnos, docentes y trabajadores de los colegios.
Acciones como apagar las luces y cerrar las ventanas al dejar un aula vacía parecen poca cosa, pero suponen un importante aprendizaje para los más pequeños.
También aprendemos disfrutando del tiempo libre
¡Aprender también se hace jugando y en movimiento! Cuando llega el momento de hacer algo divertido con tus peques, también se pueden elegir actividades más respetuosas, pero no por ello menos divertidas. Las salidas a la naturaleza, al campo o al parque, son muy importantes en la etapa escolar porque los niños aprenden con la experiencia.
Con la vuelta al cole, también vuelven las celebraciones en grupo, con sus respectivas fiestas y regalos. Aquí lo mejor es, de nuevo, organizarse con otras familias para ver qué cumpleaños pueden celebrarse juntos, y para coordinar los regalos. Hacer menos regalos de mejor calidad es otra manera de ser más sostenibles. ¿Sabías que en cada vez más centros educativos las familias se ponen de acuerdo para organizar una súper fiesta común trimestral (o mensual)? Así se aprovechan recursos, se reparten gastos, se invita siempre a todo el grupo para que nadie quede excluido, se reduce la exageración de regalos y lo más importante es que ese día se suele convertir en algo memorable.
Con trabajo en equipo, educación para el respeto al medio ambiente, alimentación saludable y responsabilidad de todos los alumnos, llegaremos a un curso escolar Ecoísta de diez. ¿Te unes al reto
