Demos la vuelta a la tortilla en la lucha contra el desperdicio de alimentos

Cada segundo se desperdicia más de 50 toneladas de alimentos, llegando a los 1.600 millones de toneladas anuales. Casi una quinta parte de toda la comida del mundo acaba en los cubos de basura, asegura un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Un 26% de ese desperdicio pertenece al servicio de alimentos, por ejemplo, de restaurantes, hoteles o establecimientos educacionales. Y el problema no termina ahí, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero está vinculado a este problema.

Ante esta alarma, en 2019 se declaró al 29 de septiembre como Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, con el objetivo de concienciar y sensibilizar sobre la importancia de este asunto.

¿Qué estamos haciendo desde nuestro movimiento para revertir la situación?

Tenemos que pensar en esta lucha como una aliada y la gestión tiene mucho que ver con ello: trabajar de una forma más eficiente supone un ahorro de costes y mejor rentabilidad, a la vez que contribuimos a cuidar nuestro planeta. Focalizamos la atención en este asunto y lo transformamos en una meta.

Por eso, apostamos por la creación de una cultura comprometida con la gestión de desperdicios de alimentos basada en tres pilares:

  1. Planificación: Prevención del desperdicio de alimentos durante la planificación de las comidas, desde la gestión con proveedores al planteamiento de cada plato. Buscamos calidad ante la cantidad, con la apuesta por menús a la carta, centrándonos en productos frescos de proximidad, gastronomía local y tradicional. Nuestro Hotel Bahia Principe San Felipe, por ejemplo, está adherido a un proyecto piloto de economía circular impulsado por la patronal ASHOTEL, el Cabildo de Tenerife y la Cooperativa de agricultores canarios ASAJA.
  2. Manipulación: Prevención del desperdicio de alimentos en la recepción y almacenamiento de alimentos, así como en la preparación de los menús. Trabajamos con los interesados externos y también realizamos formación a nuestro equipo de trabajo. A través de nuestro departamento de economía circular, estamos creando plantas de compostaje, biodigestión de residuos orgánicos, sistema de clasificación de residuos reciclables, vertederos orgánicos y huertos propios en todos nuestros complejos, para un mejor control y aprovechamiento de lo que se cultiva y utiliza.
  3. Servicio: Prevención del desperdicio durante y después del servicio a través de protocolos internos preestablecidos. En República Dominicana también colaboramos con el proyecto Samaná Biodiverso, limpio y sostenible, el cual está llevando a cabo, junto a la agencia de cooperación alemana GIZ, escuelas y administración locales, proyectos educativos para la gestión de residuos de la comunidad.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 de la Agenda 2030 tiene como misión reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel de los minoristas y del consumo.

Con el fin de conseguir estos objetivos, la principal campaña de PNUMA sobre el desperdicio de alimentos, Think Eat Save, cuenta con una guía sobre programas de prevención del desperdicio de alimentos para países y empresas. Una inspiración para nosotros que, desde Grupo Piñero, ya hemos empezado a trabajar en el desarrollo de nuestro Plan Estratégico de Economía Circular, centrado en optimizar la gestión de los recursos y garantizar el vertido 0.


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