En nuestro día a día, utilizamos productos de higiene personal sin cuestionar mucho su impacto en el medio ambiente y en nuestra salud. Jabones convencionales, que parecen inofensivos, pueden ser altamente perjudiciales. El ecoísmo en la ducha ¡solo empieza por cerrar el grifo, pero hay muchos más! Por eso, hoy te invitamos a reflexionar sobre la importancia de tus elecciones y cómo puedes hacer pequeños cambios en tu rutina para contribuir a un planeta más saludable.
Los jabones comerciales suelen contener una variedad de productos químicos que, aunque son efectivos para limpiar, pueden tener efectos adversos tanto para nuestra salud como para el medio ambiente. Entre estos ingredientes se encuentran los sulfatos, parabenos, fragancias artificiales y triclosán.
Los ingredientes sintéticos pueden causar irritaciones en la piel, alergias y otros problemas dermatológicos. Mientras que, sustancias como los parabenos y el triclosán pueden interferir con el sistema hormonal, afectando el equilibrio natural del cuerpo.
Muchos de estos compuestos no se descomponen fácilmente y terminan en nuestros ríos y océanos, afectando la vida acuática. Algunos jabones contienen microperlas de plástico que contaminan los ecosistemas acuáticos y son ingeridos por la fauna marina.
En contraposición, los jabones artesanales y biodegradables representan una opción mucho más saludable y sostenible. Estos jabones se elaboran con ingredientes naturales, son menos agresivos para la piel y se descomponen fácilmente sin dejar residuos tóxicos en el medio ambiente. Suelen estar hechos con aceites vegetales, esencias naturales y otros ingredientes orgánicos. Se descomponen de manera natural, sin dejar residuos dañinos. Muchos jabones artesanales se fabrican utilizando métodos tradicionales y sostenibles, como el reciclaje de aceite usado.
El reciclaje de aceite usado es una práctica que está ganando popularidad por sus beneficios ambientales. En lugar de desechar el aceite de cocina, que puede contaminar grandes cantidades de agua, este se puede convertir en jabón biodegradable. Este proceso no solo reduce la contaminación, sino que también produce un producto útil y sostenible.
Para minimizar el impacto ambiental y cuidar nuestra salud, podemos adoptar una serie de buenas prácticas a la hora de elegir y utilizar jabones:
1- Comprar jabones certificados: Busca jabones que tengan certificaciones ecológicas, que garantizan que han sido producidos de manera sostenible y sin ingredientes nocivos.
2- Optar por formatos sólidos: Los jabones en barra tienen menos empaque y son más duraderos, reduciendo así el uso de plásticos.
3- Utilizar sistemas de relleno: Si prefieres los jabones líquidos, busca tiendas que ofrezcan sistemas de relleno para reutilizar los envases y reducir el desperdicio de plástico.
4- Elegir ingredientes naturales: Revisa las etiquetas y elige jabones con ingredientes naturales y sin químicos agresivos.
5- Apoyar a productores locales: Comprar jabones artesanales de pequeños productores no solo apoya la economía local, sino que también suele ser una opción más sostenible.
6- Reciclar el aceite usado: Si te animas a experimentar, puedes intentar hacer tu propio jabón casero a partir de aceite usado. Hay muchas recetas y tutoriales disponibles en línea.
Elegir jabones sostenibles es un pequeño cambio que puede tener un gran impacto en nuestra salud y en el medio ambiente. En Somos Ecoístas, te animamos a reconsiderar tus hábitos de compra y uso de productos de higiene personal.
¡Únete al movimiento y haz la diferencia con cada pompa de jabón!
